"Había Mario Benedetti y dejó de haber"
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El mundo de la cultura llora la muerte del escritor uruguayo
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Por: CADENASER.COM / AGENCIAS 18-05-2009
El mundo de la cultura llora la muerte del escritor uruguayo
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Por: CADENASER.COM / AGENCIAS 18-05-2009
Este domingo la palabra se ha vestido de luto. El escritor Mario Benedetti ha muerto en Montevideo, en su casa, a la edad de 88 años. El uruguayo comenzó a "marchitarse" en 2006, tras el fallecimiento de Luz, su compañera de toda la vida. Sin embargo, pese a que su salud se deterioraba el escritor continuó trabajando y antes de morir incluso, estaba dando los últimos retoques a un libro de poemas "Biografía para encontrarme".
Para rendirle un homenaje qué mejor manera que escuchar cómo los amigos del genial poeta le dicen adiós: "En el fondo, queríamos creer que la lectura de los poemas de Benedetti, poniéndola a correr alrededor del mundo, haría recular a la muerte que amenazaba. Mario perdió la batalla; nosotros, sus amigos y sus lectores, también. Queda la memoria, los libros, pero, en este momento, memoria y libros casi nos parecen menores. El dolor y el disgusto no se adormecerán tan pronto. Había Mario Benedetti y dejó de haber", escribe el Nobel de Literatura portugués, José Saramago, en su blog.
La esposa de Saramago, Pilar del Río, lamenta que no hubo salvación: "La cadena de amor con que lo rodeamos, es decir, los poemas que le hemos ido diciendo al oído estos días, no le evitaron la muerte, pero sabemos que le hicieron sonreír. Dijo que estábamos locos y de esa manera supo, una vez más, que era querido sin condiciones".
"Me levanté de mala gana. Sólo me apetece emborracharme, pedir un whisky y decirle al camarero que me ponga el más humilde que tenga con una rodaja de limón" decía el escritor chileno Luis Sepúlveda.
El autor de "El viejo que leía novelas de amor" recordaba que éste era el modo en el que su "queridísimo" amigo uruguayo ordenaba la bebida en los "boliches" de Montevideo y ha considerado que sería un homenaje ante su desaparición.
Escritor social, cercano, sencillo, son algunas de las definiciones que más encontramos hoy en sus obituarios. "Un escritor que supo llegar al alma y las preocupaciones de los lectores, lo que significa que entendió como pocos la sociedad contemporánea" afirmaba la directora del Instituto Cervantes, Carmen Caffarel.
Tal vez, el mejor regalo que se le puede hacer al autor tras su muerte sea releerlo, o comenzar a conocerlo. La ministra de Cultura, Ángeles González-Sinde ha animado este lunes a acercarse "una y otra vez" a la obra poética.
"Todo lo que digamos de Benedetti será poco en comparación a lo que él hizo por acercar su poesía a todos los ciudadanos", ha puntualizado la ministra quien ha asegurado que el poeta uruguayo "hizo de su obra algo muy personal para muchos".
"Mario Benedetti fue como su poesía: natural humilde y cercana al lector", ha dicho Chus Visor, editor de Benedetti en España, quien ha querido destacar la universalidad de la obra del poeta: "La cercanía de su obra hace que la aprecien por igual niños, jóvenes y personas mayores".
Uruguay llora a su poeta. El gobierno ha decretado esta madrugada duelo nacional y lo vela desde las 14.00 hora española, en el Salón de los Pasos Perdidos de la Asamblea Nacional uruguaya, informaron las autoridades a los medios locales.
"Benedetti no es solamente una figura uruguaya, es una época que marca la literatura en lengua española. Es un novelista, un dramaturgo, un periodista, y además, un hombre político con compromiso ético" ha remarcado el director nacional de Cultura del Ministerio de Educación y Cultura de Uruguayo, Hugo Achúgar.
Pasatiempo
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Por: Mario Benedetti
Por: Mario Benedetti
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Cuando éramos niños
los viejos tenían como treinta
un charco era un océano
la muerte lisa y llana
no existía
luego cuando muchachos
los viejos eran gente de cuarenta
un estanque era océano
la muerte solamente
una palabra
ya cuando nos casamos
los ancianos estaban en cincuenta
un lago era un océano
la muerte era la muerte
de los otros
ahora veteranos
ya le dimos alcance a la verdad
el océano es por fin el océano
pero la muerte empieza a ser
la nuestra.
los viejos tenían como treinta
un charco era un océano
la muerte lisa y llana
no existía
luego cuando muchachos
los viejos eran gente de cuarenta
un estanque era océano
la muerte solamente
una palabra
ya cuando nos casamos
los ancianos estaban en cincuenta
un lago era un océano
la muerte era la muerte
de los otros
ahora veteranos
ya le dimos alcance a la verdad
el océano es por fin el océano
pero la muerte empieza a ser
la nuestra.
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