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Ser poeta es difícil;
querer serlo, más difícil todavía;
saber serlo, dificilísimo.
Juan Ramón Jiménez
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POETRASTO INSUMISO
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Por: Carlos Garay Veramendi
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Hoy voy a escribir, sí señores,
sólo y sólo versos andrajosos,
pues para mi desconsuelo colosal
con exiliada alma de poeta nací;
perdonen mi franca franqueza,
es mi verdad por poco patética.
¡Oh, tiempos de estudiante juvenil!
Años ha, porfiado flirteador
de huraños guarismos,
nunca de guiños veleidosos de letras.
Y ninguna vez ejercité: ni manejo,
ni entramado ingenioso
de voces enjoyeladas con imágenes,
metáforas de imaginación millonaria.
Me consideré por esta causa nata
siempre jamás impasible, inepto,
para la lírica y sus encantos divinos.
Pido ahora muy sincera absolución
al santo cielo, hincado de rodillas,
por pergeñar un tanto tardío
sobre penuriales del pueblo
que empapan hasta el corazón
de mi humanizada fraternidad,
cual turbión violento de lloraduelos
de muchedumbres atribuladas.
Ya con nobles huesos vejecidos,
tristes, y en “dolósfera” sumidos,
al acto escribir me pongo insumiso
mis rudos versos contestatarios;
y no han de merecer áspera crítica
mis encabritados cantares chabacanos
por gentil conmiseración altruista
de aedos y poetas laureados.
Si rozar una partícula lograra
en meollo de tu sensibilidad,
benevolente adversario mortal,
muy resguardada en lítica fortaleza
de tu vivencial humana;
me colorearé de asaz aliviado
y me iré tan feliz a pasos girocho,
en cerúlea tarde achantada,
junto con el extenuado Sol
que avanza lento entre cerros
del poniente su hasta mañana,
para lánguido acostarse
en su cama sinuosa: blanda mar.
¡Un bardo, claro que sí, un bardo!,
hasta con versos andrajosos,
aun con ausencia indefinida
del codiciado quid divínum,
como nativo pajarillo pico de oro:
Sirguerillo trisador, jocundo
gorjea a su pueblo alegrías a porfía.
Pero mi nación desahuciada
está en larga y dolorosa agonía,
¿Acaso puedo cantar amor
y contentos ante una moribunda?
Tiene grandísimas heridas
abiertas sangrando a borbollones:
ayes, desesperanzas opresivas,
y carencias de vida a riadas.
Pues la han violado y descargado
infinidad de puñaladas farisaicas:
“Pigmeos” derechistas yahuarmaqui
y pícaros populistas verborrágicos;
dictadores -voraces ratas y asesinos-
mafiosos que aburdelaron el Perú;
nauseabundos togados mercaderes,
finos fabricantes de cloaca jurídica;
tránsfugas parla-vanos putris;
uniformados -picarotes Tamerlán-
que dóciles se dejaron prostituir
por el globalizado verde pervertidor,
olvidando presto que pertenecen
a institución tutelar de la Patria.
¡Homúnculos misérrimos!
¡Apátridas sin honestidad sincera!
Son ellos “ingenuos” responsables
del hambre de tanta muchedumbre:
Cáfila de niños y ancianos
con rostros macilentos de inanición:
humillados piden comer por calles,
plazas y restaurantes que bostezan.
La honesta indignación trepa tesonera
al copete contra políticos defraudadores:
¡Remedos caricaturizados de Fouché!,
hasta acidularnos en alma susceptible
hogaza deglutida, codicia para quienes
carecen sombras de pan que masticar.
Otras tantas hormigas desdichadas
hasta el rajado talón, de bichicomes,
por superávit descomunal
de purulencias en moralidad; y
por déficit fabuloso de chamba decente,
decenas de miles:
sólo y sólo versos andrajosos,
pues para mi desconsuelo colosal
con exiliada alma de poeta nací;
perdonen mi franca franqueza,
es mi verdad por poco patética.
¡Oh, tiempos de estudiante juvenil!
Años ha, porfiado flirteador
de huraños guarismos,
nunca de guiños veleidosos de letras.
Y ninguna vez ejercité: ni manejo,
ni entramado ingenioso
de voces enjoyeladas con imágenes,
metáforas de imaginación millonaria.
Me consideré por esta causa nata
siempre jamás impasible, inepto,
para la lírica y sus encantos divinos.
Pido ahora muy sincera absolución
al santo cielo, hincado de rodillas,
por pergeñar un tanto tardío
sobre penuriales del pueblo
que empapan hasta el corazón
de mi humanizada fraternidad,
cual turbión violento de lloraduelos
de muchedumbres atribuladas.
Ya con nobles huesos vejecidos,
tristes, y en “dolósfera” sumidos,
al acto escribir me pongo insumiso
mis rudos versos contestatarios;
y no han de merecer áspera crítica
mis encabritados cantares chabacanos
por gentil conmiseración altruista
de aedos y poetas laureados.
Si rozar una partícula lograra
en meollo de tu sensibilidad,
benevolente adversario mortal,
muy resguardada en lítica fortaleza
de tu vivencial humana;
me colorearé de asaz aliviado
y me iré tan feliz a pasos girocho,
en cerúlea tarde achantada,
junto con el extenuado Sol
que avanza lento entre cerros
del poniente su hasta mañana,
para lánguido acostarse
en su cama sinuosa: blanda mar.
¡Un bardo, claro que sí, un bardo!,
hasta con versos andrajosos,
aun con ausencia indefinida
del codiciado quid divínum,
como nativo pajarillo pico de oro:
Sirguerillo trisador, jocundo
gorjea a su pueblo alegrías a porfía.
Pero mi nación desahuciada
está en larga y dolorosa agonía,
¿Acaso puedo cantar amor
y contentos ante una moribunda?
Tiene grandísimas heridas
abiertas sangrando a borbollones:
ayes, desesperanzas opresivas,
y carencias de vida a riadas.
Pues la han violado y descargado
infinidad de puñaladas farisaicas:
“Pigmeos” derechistas yahuarmaqui
y pícaros populistas verborrágicos;
dictadores -voraces ratas y asesinos-
mafiosos que aburdelaron el Perú;
nauseabundos togados mercaderes,
finos fabricantes de cloaca jurídica;
tránsfugas parla-vanos putris;
uniformados -picarotes Tamerlán-
que dóciles se dejaron prostituir
por el globalizado verde pervertidor,
olvidando presto que pertenecen
a institución tutelar de la Patria.
¡Homúnculos misérrimos!
¡Apátridas sin honestidad sincera!
Son ellos “ingenuos” responsables
del hambre de tanta muchedumbre:
Cáfila de niños y ancianos
con rostros macilentos de inanición:
humillados piden comer por calles,
plazas y restaurantes que bostezan.
La honesta indignación trepa tesonera
al copete contra políticos defraudadores:
¡Remedos caricaturizados de Fouché!,
hasta acidularnos en alma susceptible
hogaza deglutida, codicia para quienes
carecen sombras de pan que masticar.
Otras tantas hormigas desdichadas
hasta el rajado talón, de bichicomes,
por superávit descomunal
de purulencias en moralidad; y
por déficit fabuloso de chamba decente,
decenas de miles:
hombres y mujeres excluidos,
haciendo de cachureadores para llevar
un pobre gazpacho a sus lares quebrados,
que sin descanso mastican sólo hambre.
¡Ayyy, mi amadísimo Perú patriota!
País de las “maravillas” corruptas
visto con aterrados ojos socialistas,
muy enfermo y estropeado.
Ahora, sólo tiene un cielo evidente
para redimir su desventurada vida:
La adhesión, apoyatura incondicional
y cerrado de hijos incorruptibles,
progresistas, que en praxis deberán:
Activar moralidad y cultura política,
y zafarse reciamente de la modorra,
de la telaraña y apatía descomunal.
Aún son escasos, sin duda alguna,
pero crecerán y multiplicarán pronto,
como áurea luz del noble Febeo
que cada rutilante amanecer, pródigo,
cunde coruscantes disfrutes por cimas
de ignotas lejanías de Terra nostra.
Y será excelente alternativa panacea
capaz de medicarlo con soporte
de un fidedigno ideario hermanal,
y de encarrilarlo enseguida a
prolongado periplo de trastoques,
y de cambio histórico memorable:
con la “utopisada” igualdad social.
haciendo de cachureadores para llevar
un pobre gazpacho a sus lares quebrados,
que sin descanso mastican sólo hambre.
¡Ayyy, mi amadísimo Perú patriota!
País de las “maravillas” corruptas
visto con aterrados ojos socialistas,
muy enfermo y estropeado.
Ahora, sólo tiene un cielo evidente
para redimir su desventurada vida:
La adhesión, apoyatura incondicional
y cerrado de hijos incorruptibles,
progresistas, que en praxis deberán:
Activar moralidad y cultura política,
y zafarse reciamente de la modorra,
de la telaraña y apatía descomunal.
Aún son escasos, sin duda alguna,
pero crecerán y multiplicarán pronto,
como áurea luz del noble Febeo
que cada rutilante amanecer, pródigo,
cunde coruscantes disfrutes por cimas
de ignotas lejanías de Terra nostra.
Y será excelente alternativa panacea
capaz de medicarlo con soporte
de un fidedigno ideario hermanal,
y de encarrilarlo enseguida a
prolongado periplo de trastoques,
y de cambio histórico memorable:
con la “utopisada” igualdad social.
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Huaraz, 28 JUL 2009
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