lunes, 26 de enero de 2009

Presentación de revista AEPA




Invitamos al público en general a la presentación de los siguientes libros:

1. Revista AEPA nº 1
2. ANUSIA, novela de Julio César Pozo Cueva
3. Luis Pardo, el bandolero romántico, de Domingo de Guzmám Huamán
4. Luis Pardo, Atusparia y Uchcu Pedro. Tres rebeldes ancashinos al teatro, de Aureo Sotelo.


Día: 29 de enero de 2009.
Hora: 7:30 pm
Lugar: CLUB ANCASH. Jr. Horacio Urteaga 660, Jesús María - Lima.

PROGRAMA

7:30 pm Palabras de Luis Huerta, presidente de la Asociación de Escritores y Poetas de Ancash
7:40 Discurso inaugural: La Aepa y su labor cultural, por Javier Garvich
8:00 Presentación de la revista AEPA nº 1 a cargo de Rodrigo Solórzano
8:15 Intervención musical por el cantautor Avelino Rodríguez
8:25 Presentación de la novela "Anusia" a cargo de Ricardo Vírhuez Villafane
8:40 Danza de marinera, por Carla Tabra
8:50 Presentación del libro "Luis Pardo, el bandolero romántico" por su autor Domingo de Guzmán Huamán Sánchez
9:05 Intervención musical del charanguista José Sotelo
9:15 Presentación del libro "Luis Pardo, Atusparia y Uchcu Pedro. Tres rebeldes ancashinos al teatro", por Aureo Sotelo.
9:30 Despedida y venta de libros presentados.

domingo, 11 de enero de 2009

La leyenda de Luis Pardo

Por Raúl Mendoza.
.
Diario La República. 11/01/09
.
Hace cien años el bandolero ancashino Luis Pardo fue abatido a balazos por los gendarmes que le seguían los pasos. Hoy es considerado un héroe popular y es difícil separar la leyenda del personaje real que fue.
.
Si todos los relatos orales que hablaban de Luis Pardo a comienzos del siglo pasado fueran ciertos, el hombre tenía el don de la ubicuidad: lo veían al mismo tiempo en distintos lugares. Era un bandolero fantasma. Y casi no hay pueblo de la zona norte de los Andes que no tenga una historia, una aventura que contar sobre él. "Por aquí pasó", fue la frase recurrente de esos testigos que ahora, como él, son nada más que polvo y huesos.
.
La prensa de la época también contribuyó a su fama de malhechor escurridizo y temible. Le achacaban cuantos delitos ocurrían en los lugares por los que pasaba, también escapes imposibles y hasta de tener una banda armada de jinetes que cumplían sus órdenes con el dedo nervioso en el gatillo. Solo un poco de todo eso era verdad, pero así se fue tejiendo la leyenda.
.
La realidad ubica el nacimiento de Luis Pardo Novoa en 1874, en Chiquián, un pueblo de la sierra ancashina. Y según cuenta Alberto Carrillo, su biógrafo más riguroso, en su libro "Luis Pardo, el gran bandido", el pequeño Luis fue hijo y nieto de hacendados y creció sin carencias. Pero la violencia marcó su vida: su abuelo murió en una balacera y su padre fue asesinado por unos terratenientes. Esta muerte fue el detonante de su vida como bandolero. Se cuenta que aún niño acabó con la vida de los asesinos de su padre y desde entonces se volvió un defensor de los humildes y los débiles. Cuando se hizo adulto se unió a las 'montoneras' caceristas, como también lo habían hecho el padre y el abuelo.
.
Entre las brumas de su vida hay datos probados: su familia fue dueña del fundo "Pancal" y fue el mayor de cinco hermanos. Oficialmente no tuvo hijos, pero hay versiones que le atribuyen siete. "Es el único bandolero reivindicado como héroe popular, como un Robin Hood que robaba a los hacendados para darles a los pobres", cuenta Ricardo Vírhuez, escritor que ha seguido al personaje.
.
Nuevas noticias de Pardo
¿En qué momento se volvió un bandido? Lo que se sabe hasta ahora es que en su tierra anduvo inmiscuido en hechos que cobraron muertes y debió escapar a Chile para evitar a la justicia. A su retorno del país sureño, donde también le contaron otra muerte, lo volvieron a perseguir. Fue entonces que se volvió un malhechor inasible, un despojador de hacendados, un jinete justiciero. Un bandolero.
.
De su paso por Chile hay un episodio poco conocido que lo sitúa trabajando en las salitreras del norte de ese país. Se cuenta que participó en la organización de los trabajadores del salitre para que marcharan a Iquique a reclamar mejores condiciones laborales. Él no acudió porque se vio envuelto en otro homicidio y debió huir. El caso es que la marcha de los obreros acabó en masacre por parte del Ejército chileno. El hecho, con los años, dio lugar al famoso tema de la nueva canción chilena, la "Cantata de Santa María de Iquique" en la que se cuenta la matanza. "Es un episodio poco conocido y ha sido rescatado en el libro 'Relatos Orales de Áncash' escrito por José Salazar, ex director del INC de la ciudad", cuenta Vírhuez.
.
Hay también nuevas versiones sobre la muerte de Pardo a un siglo de su cacería. Su paisano y pariente lejano, el documentalista Roberto Aldave, aclara varios puntos sobre el tema. "Dicen que fue capturado junto a un miembro de su banda, Celedonio Gamarra. Falso. Gamarra era un campesino que había acudido a las zonas altas de Cajacay a realizar un trueque. Le pidieron que acompañe a Luis y murió con él", cuenta.
.
Aldave también precisa otros aspectos de la difusa biografía del justiciero: "Nunca actuó en banda. Lo que él hacía era enviar mensajes a los gamonales cobrándoles en dinero o víveres o telas, o lo que tuvieran. Luego lo repartía entre la gente humilde. Su fama creció como una bola de nieve y por eso prácticamente no tenía que recurrir a la violencia". Luis Pardo se hizo bandolero en una época difícil para el país. El Perú salía de la derrota de la guerra con Chile, estaba quebrado y los terratenientes tenían poder absoluto sobre sus tierras y sus empleados. Incluso podían disponer de sus vidas. En esa coyuntura apareció, cabalgando a favor de los débiles. Si no hubiera existido, alguien habría tenido que inventarlo.
.
Pero el hombre fue de carne y hueso. Lo persiguieron autoridades y hacendados y él siempre escapaba. No eran extrañas fuerzas las que lo ayudaban. "Era la gente de los pueblos que lo protegían", dice Aldave. La suerte, que lo acompañó hasta los 35 años, terminó la mañana del 5 de enero de 1909, hace cien años.
.
Se dice que, cansado de sus correrías, el bandido quiso entregarse. Pensó venir a Lima para pedir la amnistía del presidente Leguía. Ese era su plan cuando atravesaba Cajacay. Pero el señor de esas tierras, un gamonal de apellido Morán, tuvo noticias de él y ordenó una persecución.El resto es historia conocida. Los campesinos lo acorralaron hasta que llegó el Ejército. En un último intento por escapar, Luis Pardo, el bandolero, se arrojó al río cercano y allí lo acribillaron. Su cuerpo fue expuesto en la plaza de Cajacay, junto al desafortunado Gamarra. Quedan como pruebas algunas fotos que no se sabe quién conservó. Ahí acabó su vida, pero cien años después, su leyenda sigue cabalgando.
.
Encuentro en Chiquián
En Chiquián, el pueblo ancashino que vio nacer a Luis Pardo, se realizó, entre el 3 y el 5 de enero, la celebración de los 100 años de su muerte. Allí, como parte del "17 Encuentro de Escritores y Poetas de Ancash" se recordó la figura del bandolero y héroe popular al mismo tiempo, en dos mesas redondas y a través de numerosas ponencias sobre su vida. En el poblado existe un monumento de Pardo a caballo y está su tumba tallada en piedra. Hasta allí llegaron en romería autoridades, escritores y paisanos hace unos días. En esos días también se realizó el pre-estreno del documental "Por los caminos de Luis Pardo" de Roberto Aldave.

UN FIN DE SEMANA CON LUIS PARDO (Postales en Chiquián)

EL LAPIZ Y EL MARTILLO / Javier Garvich
.
http://lapizymartillo.blogspot.com/2009/01/un-fin-de-semana-con-luis-pardo.html
.

Para quienes no lo saben, se ha cumplido un siglo desde que las fuerzas de seguridad del Perú, acompañadas de las mesnadas del lugar, cercaran y dieran muerte a Luis Pardo, el legendario bandolero ancashino a quien la memoria convirtió en un héroe popular. Luis Pardo ha sido merecedor de varias canciones y huaynos, se rodó una película sobre él, se han hecho varias obras de teatro sobre su vida, ha recibido la atención de historiadores y antropólogos, le han dedicado infinidad de poemas y cada año, indefectiblemente, se suman a su leyenda, más testimonios, anecdotarios y homenajes. Luis Pardo, a cien años de su muerte, ha dejado de ser un personaje histórico para convertirse en una suerte de inkarrí laico, de paladín social, de vengador justiciero y arquetipo de la imagen de hombre libre y fraterno con los pobres. Una suerte de Emiliano Zapata de los Andes sin revolución.
.
Para tan magna conmemoración, la Asociación de Escritores y Poetas de Ancash –con el decidido apoyo de la municipalidad provincial de Chiquián- organizó un encuentro de tres días en la villa de Chiquián, que incluyó dos días de ponencias y presentaciones de libros, un sinfín de actos culturales y una romería final a la tumba de Luis Pardo. Casi setenta ponencias expuestas ante un auditorio repleto, cerca de una veintena de libros presentados, una decena de actividades culturales que abarcaron desde la canción al video, pasando por el teatro. Todo en honor al gran héroe de Chiquián. Aquí algunas postales.
.
Quien quiera conocer de buena mano la vida de Luis Pardo tiene que leer Luis Pardo "el gran bandido", de Alberto Carrillo Ramírez. Libro imprescindible puesto que se nutre de una recopilación de testimonio de testigos a los cuales luego ya casi no se les pudo volver a interrogar. El libro, pese a la simpatía del autor para con Luis Pardo, no lo pinta como un héroe inmaculado o un líder social. Leyendo los hechos uno pareciera ver a Luis Pardo como el engreído hijo de un terrateniente, diestro con las armas, mujeriego, bebedor (e insoportable cuando bebía más de la cuenta), un poco aventurero, buen conversador, bonachón con algunos y muy autoritario con otros. Su paso a la vida bandolera sucede no por alguna injusticia social sino por un asesinato que él practica cegado por el alcohol. Como véis, una vida poco heroica.
.
La mitología se confunde con la historia. En las ponencias se habla sin descanso de su madera de luchador social. Aunque Filomeno Zubieta pone reparos distinguiendo la faceta histórica de la forja del héroe popular. Domingo de Guzmán nos relata jugosas y desconocidas anécdotas de su agitada juventud (pudo haber hecho carrera militar –es decir, pudo haber sido presidente del Perú- pero lo perdió su carácter arrogante y perdulario). Víctor Hugo Alvítez hace una sugerente comparación con otros bandoleros del norte peruano como el cajamarquino Benel o el piurano Alama. El escritor Walter Ventosilla –quien publicó una novela sobre el tema- habla de la utopía Luis Pardo. Por contra, la poeta Verónica Solórzano se manda con una elegía reclamándose mujer, compañera y andarita eterna del héroe. Maria del Pilar Cárdenas, una preciosa y menuda estudiante del Pedagógico de Chiquián, habla oportunamente de la importancia de las fábulas en la educación infantil (¿acaso en Luis Pardo no ha sido la fábula quien ha devorado al hombre?).
.
Algún otro poeta suelta esto: "Todos los hombres llevamos un bandolero dentro y todas las mujeres desean ser raptadas por bandoleros". Tremendo.
.
Lo curioso es que la carrera delictiva de Luis Pardo fue bien escasa, no más de tres años y más bien centrada en el postrer 1908. A él se le atribuyen cuatro asesinatos y más de treinta acciones contra la propiedad. Sin embargo, buena parte de sus delitos son fabulaciones de terceras personas, denuncias apócrifas y confusas. Como el Grau de la Guerra del Pacífico, a Luis Pardo se le veía en varios lugares a la vez. Gran parte de la responsabilidad está en la campaña de difamación lanzada por los gamonales de la zona y capitalizada por un Estado que quería restablecer el orden en provincias. Como en los años de nuestra guerra interna, el Estado aparece como un desinformador avieso que se dedica a fabricarse enemigos para destruirlos, y termina alimentando leyendas.
.
El domingo lo inicié en una excursión a la cascada de Usgor: Aire libre, arco iris circulares, el marco incomparable del paraje chiquiano. Nos acompaña la profesora Grimanesa Tafur, quien vive como propia la naturaleza circundante. Al momento identifica hierbas e insectos, plantas y animales, los enhebra con mitos, cuaranderías y canciones elegidas. En su discurso persiste la idea del hombre andino como un ente ligado indisolublemente al campo, a la tierra, al runasimi, a la imaginería pre-cristiana ¿Qué tan fuerte es ese hombre andino vivificado por Grimanesa? ¿Existe aún? ¿Está arrinconado en la Puna y la Jalca? ¿O acaso es otra construcción que se va nutriendo de las experiencias y aprendizajes de los mortales?
.
Posiblemente Luis Pardo haya sido un vividor y un ladrón de poca monta. Pero la tradición oral siempre alude a su generosidad con los pobres y su coraje para con los poderosos. El anecdotario de Pardo crece todos los años: Luis dejando una estela de monedas de oro a su paso por los pueblos, Luis sometiendo toros con solamente un ademán, Luis comprando sombreros para los maltrajeados de una localidad, Luis regalando dinero a los presos ante las narices de sus carceleros…la ristra no se agota. Su última hazaña acabo de oírla: Hay el testimonio de un viejo anarquista chileno que asegura que Luis Pardo, cuando estuvo de paso por el norte de Chile en 1906, se encargó de organizar a los salitreros y recomendarles que marcharan sobre Iquique a reclamar sus derechos. Los obreros del salitre hicieron eso un año después, para perecer en la tristemente célebre matanza de la escuela de Santa María.
.
Lunes. Después de un pasacalle festivo que rompió en fiesta durante toda la noche, todos los escritores marchan en romería a la tumba de Luis Pardo. Por la mañana la policía iza la bandera en la plaza en su honor "las fuerzas policiales persiguieron y mataron a Luis Pardo, ahora ellas mismas izan el pabellón nacional en su nombre" me recita acremente un intelectual sanmarquino. En el camposanto, tres monjitas inician el responso con cantos católicos tradicionales, una de ellas lo pinta como gran defensor de los pobres, "perdonado por el Señor y seguramente muy cerquita de Dios como todo justiciero de bien". Finalmente, autoridades y artistas se despiden de su tumba cantando y declamando. El acto termina en el coliseo de la localidad con una generosa pachamanca regada con vino de la región (¡sí, en Chiquián hacen su propio vino!) y en un pasacalle final encabezado por el alcalde. Luis Pardo ha sido homenajeado por tirios y troyanos, policías y civiles, monjas y ateos, artistas y burócratas, notables y pueblo llano. Puede dormir tranquilo en su tumba.
.
En enero de 1909 Luis Pardo estaba acorralado, hambriento y casi sin municiones. Su enemigo era un viejo chacal de la policía con el adecuado nombre de Álvaro Toro Mazote quien había impuesto la ley del terror en la zona y, mediante delaciones bajo tortura, cerraba el círculo en torno a Luis. Mesnadas de campesinos alcoholizados, dirigidos por sus gamonales respectivos, lo ultimaron cuando se lanzaban a las aguas del río Tingo. Fueron los mismos campesinos quienes reaccionaron con igual violencia cuando la policía empezó a ensañarse groseramente con el cadáver. El nombre de Toro Mazote se lo ha llevado el viento. El puente que cruza aquel último río hoy se llama Luis Pardo.
.
¿Granuja con suerte o héroe popular? ¿Defensor de los pobres o terrateniente libertino? Lo que importa, creo yo, no es tanto el seguimiento histórico como sí interpretar la constante construcción popular del héroe. El hecho que Luis Pardo, a cien años de su martirio, se haya convertido en un Robin Hood peruano no significa el fiasco de la tradición oral, sino todo lo contrario: El pueblo tiene derecho a crear sus propios héroes, más aún si estos encarnan las ansiedades y los deseos de justicia y libertad. Una tradición que existe no solamente en la veneración de santos populares o en la transformación de ídolos de la canción en auténticos demiurgos, sino incluso tomó cuerpo en la construcción de esta otra heroína, respetadísima por lo menos en Huamanga. Frente a los héroes del Estado (blancos, criollos, militares y bien avenidos con las clases dominantes) los peruanos de a pie podemos proponer héroes alternativos (mestizos, civiles, ajenos al Estado e hirientes con los poderosos). Frente al fracaso palpable de los proyectos criollos de nación, Luis Pardo simboliza la esperanza de construir otro país. Y quienes creemos en la posibilidad de ese otro país, vemos a Luis Pardo aún cabalgando, aún festejando, aún jodiendo.

EL 17º ENCUENTRO DE ESCRITORES Y ARTISTAS ANCASHINOS

Todo parecía estar en contra: la época de lluvias, las vacaciones escolares, las fiestas recientes, el comienzo de un nuevo año, la dispersión de los invitados, las distancias para llegar a Chiquián, “espejito del cielo”.
.
Todo esto se venció, gracias a que hubo, también, condiciones excepcionales: el financiamiento y apoyo constante de la Municipalidad Provincial de Bolognesi y el compromiso personal de su alcalde; la convocatoria hecha por una junta directiva de la Asociación de Escritores y Poetas de Ancash (AEPA) con credibilidad y gran capacidad de trabajo ya demostradas en la realización del 16º Encuentro tenido en la población distrito de Marca, (provincia de Recuay) en Setiembre de 2008; pero sobre todo, el gran motivo: la celebración de los 100 años de la muerte de ese gran “bandolero-héroe popular” chiquiano llamado Luis Pardo.
.
Entonces se dio el milagro: cerca de 100 asistentes provenientes de Lima, Huacho, Chimbote, Huaraz, Cajamarca, hasta Chile, Nueva York y París por felices casualidades; más de 59 ponencias cumplidas estrictamente; dos mesas redondas sobre el Luis Pardo controvertido, literario y real y una sobre la situación del escritor; presentación de más de 22 libros, revistas y otros productos artísticos; mezclados estaban autores y estudiosos consagrados, editores, con investigadores y poetas jóvenes ya laureados; se trató desde el humor literario quechua, hasta la literatura joven ancashina; desde el amor, la poesía y la paz, hasta las necesidades del trabajo editorial en Ancash; desde las novias de Luis Pardo hasta su vigencia en la praxis social.
.
El cine, el teatro joven, la pintura, la declamación, el canto, la música y las danzas, nos permiten afirmar que ninguna de las manifestaciones artísticas faltó a esta cita. La presencia masiva de la población chiquiana, sobre todo en las veladas nocturnas, desmintió frontalmente ese mito paralizante repetido a menudo: el pueblo está lejos de la cultura.
.
Otros mitos cayeron: sólo hay producción cultural en la capital; en provincias no hay vida cultural; los escritores y artistas provincianos se han encerrado en un localismo estéril; la producción provinciana no tiene ninguna repercusión; los temas del Perú profundo son el interés sólo de algunos desubicados.
.
¿Se puede hacer algo mejor? Indudablemente que sí. El empeño, el trabajo, la respuesta obtenida, son el aliento para lograrlo: desarrollar una temática más coherente, menos dispersa; lecturas, exposiciones, happenings – como se dice ahora – en plazas públicas, en colegios y escuelas, con profesores y alumnos, con la población en general, pueden ser mecanismos para lograr una mayor participación e impacto locales; espacios abiertos al debate con el público participante fueron demandados; una mayor utilización de los medios audiovisuales modernos, para que la parte pedagógica y didáctica puedan desarrollarse ampliamente y así llegar a jóvenes y niños que son la motivación de nuestra trascendencia.
.
Todas estas impresiones, percepciones y sentimientos han sido el resultado de estos tres días para comprobar que nuestro trabajo en provincias – el de un sociólogo colombiano y una arqueóloga limeña – convencidos de que la gestión cultural es la argamasa para la construcción de identidades culturales fuertes, capaces de enfrentar los retos del desarrollo del país.
.
Jorge Luis Puerta
Marcela Olivas W.

Huaraz, 06.01.09

Eres el visitante N°

hit counter html code

Seguidores

Mi lista de blogs